sábado, 15 de enero de 2011

La comida y sus reglas

El hombre es un animale social y racional, aunque haya quien no está convencido: siempre el nuestro hombre Miguel de Unamuno que nos dice, y quizá tiene algo de razon:
El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado.

Pero es cierto, lo que nos distingue de los animales es nuestra capacidad de razonar y de transformar lo que encontramos a nuestro beneficio. Y esto apareció claro, cuando el hombre, de una vida casi animal, pasó a la vida en comunidad, se hizo hombre social.
Y puso sus reglas, empezando de las mas sencillas, adaptando su vida al ritmo de la naturaleza: el sol, la luz, el campo y las reglas ancestrales de la semina y de la cosecha, del trabajo y del descanso, de la vida y de la muerte.
Quien no se acuerda de las palabras del Ecclesiastés!
Para todo hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo:
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
Tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
Tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
Tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
Tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
......

Sobre estas palabras, con estas palabras, se construió una fé, una tradición y una cultura.
Sì, también una cultura pues en el tiempo el hombre siguió estas reglas no escritas que el sentia adentro de si mismo. No eran ordenes impuestos sino un acostumbre de vida y esta identidad, esta afinidad con los tiempos que el reloj de la naturaleza escandía debajo del cielo, le dava al hombre un sentido de apartenencia a la tierra que pisaba, le daba una tranquilidad y una seguridad de cuando uno se siente parte, y parte viva, integrante, de algo más grande que el.
Y esto no lo entendia con la razón, pero con el corazón, pues ese ritmo, era parte de el, parte de la vida: venía de adentro, era su vida.

Así el hombre social difiere de la bestia; el instinto animal, de supervivencia, de continuación de la especie, que también hace parte de la naturaleza umana, no lo define completamente pues el hombre adentro de sí mismo siempre ha tenido estas reglas, estos ritmos, estos valores: ancestrales y innatos, signo y testimonio de algo, o alguien, fuera de el.

Y cuando el hombre se aleja de este camino interior, que es modelo y estilo de vida, algo se quebra dentro de el.
No por casualidad, la psicoanálisis, el estudio del subconsciente, de aquellas enfermedades  de la siquis que sin embargo afectan la materia humana, corpórea, nace como resultado y como intento de solucionar los  problemas conexos a la modernidad, o mejor a la civilización, entendida como contraposición, alejamiento respecto a la naturaleza.
Como si la naturaleza, traicionada o puesta a un lado, se rebelara; como si la parte natural, fisica, afectiva que estas dentro nosotros hubiera perdido el correcto equilibrio, la relación, la simbiosis con la parte racional.
Muchos son los males, los malestares, las distonias que nos vienen de este conflicto, de la nuestra doble naturaleza es a decir del nuestro ser hombres y no animales, y al mismo tiempo ser hombres y animales.

O quizá todo proviene del hecho que esta vida no se acaba aquí, no nos termina; que es una prueba, un pasaje, no un punto de llegada: es un medio, no un fin.


Me doy cuenta que hablé de reglas y no de comida como le puse en el titulo.
Bueno, por la relación entre ellas, serà por otra vez si mis cuatro amables lectores seguirán esperandome...


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