Me puse a reflexionar para un rato antes de poner la foto de arriba: está terrible, espantosa, chocante, ...horrible.
El articulo estaba escrito de unos días
pero no me decidía a ponerlo.
Es una de las imagenes que aparecerán
en los paquetes de cigarillos en Argentina desde el 15 de junio, pero en todo
el mundo, tambien en Mexico, las imagenes no son muy agréables. Y ademas de la
imagen hay un mensaje relacionado con la fotografia para renforzar la comunicación.
Pero, si los gobiernos, (aquí,
allá, en todo el mundo más o menos es igual aun sin llegar a
este abominio que se encuentrará
entre poco en unos paises de Latinoamerica) no se hacen escrúpulo de imponerla
en las cajas de cigarros, que están
a la vista de todos, tambien niños, porqué debería detenerme yo que la pongo en el primero plano propio para subrayar
la bestialidad de esta imposición?
Si, lo sé, hay muchos a quienes le parecerá correcto propio por el disgusto y el miedo que los paquetes provocarán a los fumadores dandoles cuenta de los daños que ocasiona el consumo de
tabaco.
Antes de todo hay que destacar una incongruencia:
los mismos que impiden llamar a la
putanesca una pasta para no chocar la sensibilidad y la apartenencia de
unos; los mismos que encontraron los cuentos de los Grimm, de Andersen y de
Perrault, (Caperucita Roja, Blancanieve, Pulgarcito...) demasiado fuertes que puedan
turbar la emotividad y la impresionabilidad de los niños, ahora son los mismos que, con el bendito entendimiento de alejarnos
del tabaco, le ponen esas aterradoras fotos.
Hay que decir que, por lo que concierne a los niños deberían ser los papás los que intervengan, y no
solo por el tabaco sino por muchas otras cosas: y a ésta se le llama educación,
primario deber de la familia; deber que no puede ser dejado a ninguno, ni
tampoco a una institución estatal, a una asociación de burocratas que en todo
piensan menos que en los hijos de los otros.
Por los hombres, antes de todo ya sabemos que el humo mata (aunque no a
todos y también depende del cuanto) y por eso no veo la necesidad de esta forma
amenazadora y coactiva para decirnos
algo que conocemos. Y no creo que un gobierno que a veces no logra protegernos
en la calle tenga que actuar estas alucinantes medidas para defendernos de
nosotros mismos.
Segundo y lo más importante,
tenemos libertad de decidir de nuestra vida aunque sea un camino a la muerte.
Cadauno es dueño de su cuerpo.
“Nunca dañé a nadie más que a mí misma, y ese no
es asunto de nadie más que mío” - dijo Billie Holiday, entre las mejores cantantes de la
historia del Jazz quien en el 1959 a los 44 años murió por el abuso de las
drogas y del alcohol.
El estado se ha tomado la tarea de asumir la reorganizacion ética desde
arriba, haciendo retroceder al individualismo “irresponsable” mediante la actuación
de politicas coactivas que fijan límites
morales a conductas que pertenecen
a la esfera decisoria privada.
Imponer leyes, reglas, reglamentos, de otro lado, sigue quitandonos el
sentido de responsabilidad que cada hombre libre tiene que guardar como su
esencia, como la otra cara de su libertad.
Y ésta es sólo una de las tantas injerencias en nuestra vida privada: nos
dicen lo que podemos comer y cuanto; entre de poco la botellas de vino o licores
pondrán en la etiqueta un higado cirrotico; en los McDonalds unas imagenes de gente
obesa y diabetica; en los bares foto de accidentes automovilísticos...
El hecho es que el estado no nos quiere libres y responsables, sino sometidos
a sus ordines o incluso a sus, pesados, consejos. Está haciendo de nosotros un rebaño de borregos que siempre tiene
que ser guardado por los perros burocratas del estado y por los gobiernos, nuevos
dueños de nuestra vida, nuevos dioses de esta humanidad sin fe.
Acordamonos que el mismo Dios, que habria podido hacernos esclavos felices
en el Paraíso Terrenal, nos dejó comer el fruto, el unico prohibido,
de manera que enfrentáramos la vida y, segun el libre albedrío, escogiéramos el
bien del mal.
El más grave de todo es que después años de abusos y
violaciones sufrido, no nos sentimos más hombres, no nos interesa más vivir y
escoger por nuestra cuenta: queremos alguien arriba de nosotros que nos diga lo
que tenemos que hacer.
La esclavitud, en contra de la cual los espíritus
más nobles lucharon por siglos, ahora regresa, más grave, más agobiante, más engañosa,
disfrazada de paternalismo moral, el último vestigio colectivista que estamos afrontando
en este tiempo.
* * *
Damos un suspiro profundo, aquietamonos un poco, y fumemonos un
cigarillo...
Encontré ahora, sobre el argumento, lo que escribí hace casi 6 años -era el 2006 y estaba todavía en Italia- . Lo pongo aquí, como confirmación de cuanto he escrito arriba y como rechazo otra vez más fuerte de este paternalismo moral.
ResponderBorrarPonía en guardia a los politicos que querían hacer, con buena intención, el Bien de sus ciudadanos: “Esta convincion, a parte de ser expresión de una Luciferina presunción, fatal segun Hayek, se pone como un camino en descenso, que no sabemos –o quizás lo sabemos demasiado bien: a la dictadura (aunque demócrata)- hasta donde llegue. Es mejor que cadauno persiga su propia idea del Bien, como mejor le guste: que tomen y fumen cuanto quieren pues –debería ser inútil decirlo- son asuntos de ellos, no del Estado”