domingo, 8 de julio de 2012

Suiza, paraiso desconocido (y olvidado)





Es normal, como sabemos hace mas ruido un arbol que cae que una foresta creciendo, que el infierno siempre haya tenido mas atención que el paraíso.
Que sería como decir que el pecado tiene atracción mayor que la vertud.



Suiza es un país maravilloso, verde, sereno.
Está en el medio de la Europa, pero nunca en Europa se habla de el. Lo hemos olvidado, quizá queremos olvidarlo, porque es una presencia embarazosa, inexplicable, afuera de las reglas impuesta por el politically correct.

Está en Europa, pero solo físicamente pues no está en aquel increible y insostenible manufacto que le llamamos Europa Unida. Sí, unida en la catástrofe, en la desesperación, en las guerras financieras en la cual nos encontramos con la así dicha, moneda unica, el euro.

En los siglos la gloria y la riqueza de Europa vienen, de manera preponderante, por un  «no evento» de carácter político: la frustrada realización imperial del continente. Carlo Magno, Carlos V, Napoleón, Hitler fueron derrotado y de aquí salió nuestra libertad y el enorme desarrollo del bienestar que hemos tenido. 
La Unión Europea otro no es que la reedición «democrática» de un intento fracasado.


Con Suiza tenemos una prueba fantástica, una democracia verdadera (yo lo digo que soy en contra de las supuestas democracias abanderadas en todos lados) y ellos, los políticos, siguen volviendo la cabeza de otro lado.

¿Y porqué? 
Bueno porque a pesar de la mitología de la política al servicio de los pueblos la verdadera democracia le pone miedo a los politicos: está de parte del pueblo y no de ellos.

Antes de todo, Suiza es una Confederación de estados (les llaman “cantoni” –rincones-), que son 26 por una población de ni siquiera 8 millones de abitantes: es decir las unidades son pequeñas, muy cercanas del pueblo que así mejor puede saber y controlar los acontecimientos politicos.

La democracia es verdadera porque bastante a menudo el pueblo suizo se apela al referéndum popular –la maxima, la verdadera expresion del “poder al pueblo”, formidable instrumento de democracia directa (la unica que pueda llamarse democracia)-  con el cual acepta o rechaza, propone o modifica propuestas que el poder politico intentara ejecutar. 

Y, a diferencia de todos los otros estados del mundo (en unos ni siquiera hay), el referéndum se puede convocar sobre cualquier argumento y sin necesitar de un quorum minimo (numeros de firmas para actuarlo).  

Por exemplo en Italia hay un “quorum” de 500 mil personas, est
á bajo el juicio de la Corte Constitucional que más veces lo rechaza y no es posible convocarlo en argumentos fiscales!).

Por decir por un referéndum Suiza no entró en Europa Unida; a todos los otros pueblos europeos ni siquiera lo preguntaron: decidieron ellos, los políticos, las lobbies del poder financiero, los burócratas que vieron, en esta innatural unión política, el paraíso para su afán de poder y dinero.
Otro referendum popular, con la aprobacion dell’85% de los electores, introdujo el “freno a la deuda” que impuso al gobierno central (federal) el limite de que sus gastos no puedan sobrepasar la tasa de crecimiento tendencial de los ingresos. Y esto en el marco de una total transpariencia.

Por supuesto, no tenemos que olvidar que en Suiza hay un limite constitucional a la alícuota maxima del impuesto central: 11,5% impuesto sobre la renta de las personas físicas, 8% per l’IVA e 8,5% impuestos sobre los beneficios de las sociedades.
Hay que decir que la mayor parte de los impuestos son cantonales (estatales) pero así el gasto del gobierno central es menor del 20% del PIB y el gasto publico total (incluidos los cantonales) son alrededor del 34%.

Son tipos de impuestos que para los demás europeos (en Italia el total es más del 65%) nos parecen casi del paraíso.





Mis amigos de Mexicos se preguntaran a que le sirve este articulo a ellos que estan en el Nuevo Mundo: ¿porqué este loco nos habla de algo asi lejano y afuera de nuestro mundo?

Lo entiendo; pero creo, si Mexico quiere llegar a una verdadera forma de democracia, el exemplo, ganador, de Suiza podría darles muchas ensenanzas.






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