viernes, 18 de mayo de 2012

Para que el gobierno?


Bélgica estado de la Unión Europea



En Italia hablaron muy poco de los acontecimientos; en Europa, dejando afuera el país interesado, igual; en EE.UU. de veras no sé pero creo que casi nada; en Mexico o en Honduras -por decir de un pais en el cual me encontré por un tiempo- nada de nada.

Esta es  la noticia encubierta, como apareció en el mayor periodico de Italia (en las ultimas paginas):
“Se acaba, después de 540 días, la crisis política record de duración que ha aplastado (¿?) el Reino de Bélgica. El País ahora tiene un nuevo gobierno. El socialista de habla francés, Elio Di Rupo, prestó juramento en las manos del rey Alberto II. En el nuevo equipo a la cabeza del País, ademas de Di Rupo, hay doce ministros mas seis de relaciones exteriores. El 6 de diciembre del 2011”.

En los días siguentes, lo unico que venía reportado en los periodicos era que el señor Di Rupo era el segundo mandatario declaradamente gay (¿en Europa o en el mundo?), después del islandés Sigurdardottir.
Me pareció una análisis muy profunda sobre este acontecimiento económico-politico.

Luego Bélgica regresó en la nieblas del olvido y de la indiferencia.

540 días. 18 meses. 1 año y medio.


Lo que pasó fue demasiado importante, demasiado traumático, para que los medios de comunicación, prensa, televisiones, intelectuales de la seudo-cultura regimentada, lo destacaran a carta cabal y dieran concreta e imparcial información.

540 días. 18 meses. 1 año y medio. Sin gobierno.

El verdadero mensaje de lo que pasó en Bélgica, el mensaje encubierto que no se quiso dar, es que se despedazó el mito que los estados nos han inculcado en los ultimos setenta años. 

Nos dimos cuenta que:
Los gobiernos nacionales no tienen alguna utilidad sino la de enriquecer siempre las mismas, pocas personas; la ausencia de gobierno, parlamento no es señal de caos, de inestabilidad economico-financiera y fin de la civilización; los paises civiles siguen funcionando igual también sin representación democráticamente elegida.
Entonces un país que no tiene comicios y no tiene un gobierno elegido por la mayoría sigue siendo un país civil.


¿Y luego, le interesa realmente a los gobernados, a los ciudadanos, un gobierno?
¿O le interesa sólo a los gobernantes, a los politicos luchando por el postre?
¿Que son así hábiles y astutos que logran hacernos creer que los comicios son una elección básica para nosostros, ciudadanos y súbditos?


No faltó el pan ni la verdura en los mercados; los muchachos siguieron yendo a la escuelay las clases a la Universidad eran abarrotadas como siempre. Los trenes llegaban a la hora y los accidentes de caretera no sufrieron algun crecimiento dramatico. Los policías en la calle hacían igualmente su trabajo como los jueces en las cortes.

Todo seguía igual que antes, si propio no queremos decir mejor. Por ejemplo el Pil en este año subió al 2,4% mientras toda Europa estaba alrededor del 1%.

Claro, los ministerios, los parlamentos existían como antes, pero sin hacer nada, faltando el poder ejecutivo del gobierno. En esta manera salía aún más evidente, por los que todavía no lo hubieran entendido, la inutilidad de su presencia que subsistía, parasitaria, exigiendo suntuosos sueldos, aguinaldos, privilegios.

Los ciudadanos, las comunidades, las asociaciones espontáneas (y no pagadas con la imposición fiscal que nos esta ahogando) regresó a su primero plan ocupando lugares, presencias y vida: como le compite.
Una vida sin ensordecedoras ruedas de prensa, sin mitínes, sin agresivas presencias televisivas, sin cortejos de carros gubernativos, sin escoltas armadas: todo tranquilo, todo normal.

Un sueño, una prueba de como podría ser el mundo y nuestra vida.
Una utopía hecha realidad.


En verdad la importancia del gobierno está en lo que no hace, por lo que puede cancelar de su antecedente actuación, eliminando paulatinamente lo que de leyes, reglamentaciones, imposiciones, coerciones el estado a traves sus gobiernos nos ha impuesto.

Thomas Jefferson afirmó que “el mejor gobierno es lo que menos gobierna”. Y después, Henry David Thoreau, en Desobediencia civil ensayo del 1849, convino que “el mejor gobierno en absoluto es lo que no gobierna para nada” Después de ellos, pensadores coherentes compitieron para probar este teorema, que ahora Bélgica parece confirmar.

Ahora que el acontecimiento, la “anomalía” se cerró, sin que nadie se preguntara como hubiera hecho posible “540 días. 18 meses. 1 año y medio sin gobierno”, todos los poderosos duermen sueños más tranquilos: pueden seguir imperturbables su existencia parasitaria.
 
La salvaron bonita!

¿Por qué, si nosotros nos diéramos cuenta, aquí y allá del mar?







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