miércoles, 15 de febrero de 2012

Camino de servidumbre




Es difícil, por no decir imposible, si no fuera la vanidad a empujarnos, escribir algo sobre argumentos que han estado a tal grado debatido y analizado que no parece posible juntar algo nuevo o que merezca ser leído.
Roberto



El post tiene el titulo del libro, que para mi fue fundamental, escrito por Friedrich August von Hayek en el 1944.



Hay un cuadro que inevitablemente me viene a la memoria, cuando hablo de este libro, la obra de Pieter Bruegel La parábola de los ciegos” que se refiere al Evangelio de Luca y de Mateo: el camino hacia el abismo.
Jesus habla de los fariseos como guías ciegos. Dice Jesus: “Dejadlos: son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”.


Quien es, quien era, el hombre Hayek? Bueno, fue uno de los más grandes pensadores, economista y filósofo social, del siglo pasado. Naciò en la Viena de los Habsburgos, huyó a Inglaterra antes del periodo nazi, y luego a los Estados Unidos.
En sus primeros años de estudio el era socialista, pero después de haber leído el fundamental “El Socialismo” de su maestro Ludwig von Mises (aqui) se convirtió a las ideas liberales y se hizo crítico devastador del socialismo y de la economía planificada.

De aquí sale su libro, Camino de servidumbre (1944), que el dedicó “a lo socialistas de todos los partidos” es decir a todos los que anteponen a la libertad, esencia del hombre, una imposible y falsa igualdad través de la forzada y compulsiva redistribución de la riqueza.

El llamaba socialistas a los adoradores del Estado (por eso dijo “de todos los partidos”), los que creen que el Estado sea algo de sobrenatural, que pueda imponerse a todos y que sin el la vida sería un lugar en el cual, según Hobbes (filósofo del siglo XVIII), “homo homini lupus”, donde el hombre mismo termina siendo su propio verdugo, es decir, un lobo para el hombre.

Mientras el Estado, el decía, nos lleva a un camino de servidumbre, hacia el abismo: cuanto más crezca el poder, la intromision del Estado, tanto más disminuye, se mengua la libertad del individuo y de la sociedad. Y la libertad no se pierde en un día, pero poco a poco, con leyes, reglamentos, disposiciones, intromisiones continuas en la vida civil. Sin que nosotros nos demos cuenta.
Es raro que una libertad, cualquiera que sea, se pierda de una vez.
David  Hume


En efecto desde niños nos han enseñado a mirar al Estado con los mismos ojos con que miramos la montañas, los ríos, el mar: algo originario de la naturaleza, ineluctable, eterno, e indispensable a nuestra vida. Como algo absoluto y afuera de la historia.

Y también las ideas socialistas, dirigistas, estatistas, que ponen el estado arriba de la sociedad y del individuo, son duras a morirse pués siempre fueron juzgadas no por sus realizaciones, que nunca ocurrieron, sino por sus intenciones: lo que es bastante raro por la politica que otro no es que realización practica.

Estado, religion terrenal.





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