miércoles, 9 de marzo de 2011

Nuestra democracia crece

W la libertad !!!




Dicen que fue Benjamin Franklin representando la democracia como "dos lobos y un cordero votando que comer en la noche" y libertad “un cordero bien armado que protesta el voto”.

Y para mi que no soy fanático de la democracia sino de la libertad, o sea que pongo primero la libertad, el derecho a la libertad como amparo y defensa del individuo contra cualquiera imposición, coacción y violación, (cualquiera en el sentido de cualquiera parte salga: del vecino, del amigo, del enemigo y también del estado) me parece que no haya mejor y más sintética definición.

Me imagino que mi cuatro seguidores se horrorizarán leyendo esto: propio cuando todos se presentan como democráticos y la democracia parece ser el trato distintivo de los hombres bienpensantes, los que hacen solo el bien de los otros, el bien común con abnegación  y autosacrificio.....
Pero antes de apagar el blog y chatear en Facebook, por favor, siganme otro poco.

No quiero subestimar que la democracia ofreció algo relativamente nuevo en la historia de la humanidad: la participación popular en la toma de decisiones políticas.
Sin embargo hay que decir que la primera democracia apareciendo, la de Atenas, era diferente de la que entendimos hoy: en aquel tiempo los que ten
ían derecho a la política de la ciudad eran muy pocos; ahora hablamos de sufragio universal, a todos votando se le da la presunción de influir en la política del Estado.
Mientras, como veremos no es así.        

Pero esto de la democracia es algo tan positivo que a veces no deja ver que también contiene riesgos, y los mas engañosos.
Antes de todo porque se presenta como voz, expresión del pueblo: pero el hecho es que representa solo la mayoría del pueblo, o mejor dicho de los votos (el 50 más 1 de los que votan que no son mas del 60 – 65 por ciento de los que tienen el derecho, o sea en total poco mas del 30 por cien del pueblo), y en ciertas ocasiones, esta mayoría democrática, minoría de un pueblo, puede ser más despiadada que un rey o que un dictador.
Una exagerada democracia puede ser tiránica, cuando la mayoría aprovecha su posición en perjuicio de minorías y de individuos.
...
Se me ocurre cuando leí la que se recuerda como la paradoja de H-H.Hoppe, economista de la Escuela austríaca: imaginense, el decía, un gobierno mundial, (que seria la máxima expresión de democracia) elegido según el principio "una cabeza un voto". Cual sería el resultado probable de tal votación? El más probable es que nos encontraríamos con un gobierno chino-indio[[1]]. Y que haría este gobierno para complacer sus electores y conseguir su  reelección? Pondría en el centro de su atención los intereses, los valore de quienes lo han elegido. Averiguaría probablemente que el Occidente tiene demasiada riquezas y el restante mundo, particularmente India y China, demasiadas pocas, y por tanto se pondría hacer una sistemática redistribución de la renta y de la riqueza.
...
Y sería democracia o más bien tiranía, colectivismo mayoritario, la que aplastaría cultura, tradiciones, memoria (y también recursos y riquezas) de pueblos y de individuos solo porque pertenecen a una minoría que no puede influir en los resultados y por eso nada vale?

Hay que reflexionar.
 
Sobre todo porque el éxito y el unánime reconocimiento atribuido a la democracia viene de ser ella una pura máquina de redistribución de riquezas no suya, junto a una de las reglas mas conocidas de la economía: siempre los que has subvencionado se acuerdan de ti, cuando sirve.

Luego, porque la democracia consigue dar a sus representantes, propio por ser expresión del pueblo, un halo de virtud y moralidad que se niega a todos los otros hombres. Ellos sólo, los representantes de la democracia son “el óleo sagrado”, más allá de cualquiera ruindad, entregados como son al “bien común”.
Pero ya desde hace unos años sabemos, por el estudio de la escuela de la Elección Social o Public Choice y de su más destacado teórico James M. Buchanan, como los sistemas democráticos no son que mercados donde los partidos políticos se enfrentan para conseguir su primacía. Y el objetivo de los políticos es de mantenerla esta primacía disfrazándola, según el momento, con ímagenes de altruismo, de servicio, de búsqueda del bien común. A la fin todo sirve para perseguir su continuidad política, en una palabra, sus negocios.
Eso ocurre en la realidad: los políticos adoptan sus decisiones en función de sus propios intereses, como todo el mundo. Un político honrado en un país democrático se esforzará en ser reelegido y en que su partido obtenga más votos.
Eso es su interés, eso es su menester y no otro.

Y a la fin, como muy bien lo plantearon Friedrich von Hayek y José Ortega y Gasset, la democracia y el liberalismo, como abanderado de la libertad, son interesado por dos distintos aspectos de la vida política.
A la democrazia le interesa el mecanismo, el recorrido a través de cual se define el gobierno del estado: "¿Quién gobierna?"; el pensamiento liberal, en manera muy práctica, llama su atención sobre la fuerza, la intrusión del poder en la vida del individuo:
"¿Cuánto gobierna?".
Y su tarea es de poner limites, de fijar confines constitucionales a ese poder.

Y entonces la verdadera cuestión no es que crezca la democracia sino que crezca la libertad.

Cada vez que la democracia, no la teórica de los idealistas sino la que se manifiesta en la realidad, crece en la práctica disminuye la libertad, nuestra libertad: democracia mata libertad.

No es libertad cambiar dueño, democráticamente, cada cuatro anos!

 

Para mi, cuando siento la mano del poder  gravar sobre mi frente, poco me interesa conocer quien me oprime, y no soy más dispuesto a poner mi cabeza debajo del yugo porque un millón de brazos me empujan.
Alexis Clérel de Tocqueville, La democracia en América




[1]  La población de China y India ronda alrededor de los 2 mil millones mientras la de Europa occidental y America del Norte junto no alcanza los 700 millones.

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