La cigarra y la hormiga.
Encontré en el web, en estos dias de tardo verano, la
vieja fábula-apólogo que Jean de La Fontaine había sacado de Esopo, el mitico fabulista griego.
Sin embargo hay una reedición que, aunque escrita para un
contexto europeo (la puse por primera vez,
hace muchos anos, en mi blog italiano), hace, en clave político-social, una comparación
antiguo-moderno, liberal clasico-progresista comunitario.
Quiero ponerla pues la lección que se puede llevar me parece válida y merece
una reflexión:
Versión clásica
La hormiga trabaja con empeño
todo el verano bajo la canícula; construie su casa donde guarda las provisiones
para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga sea estúpida; en cambio
ella se lo canta y lo pasa en grande para todo el verano.
Cuando llega el invierno la hormiga está rolliza en su
casa calentada.
La cigarra temblorosa de frio se encuentra que no tiene
ni abrigo ni comida y se muere.
Versión moderna (adaptable a la situación)
La hormiga trabaja con empeño
todo el verano bajo la canícula; construie su casa donde guarda las provisiones
para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga sea estúpida; en cambio
ella se lo canta y lo pasa en grande para todo el verano.
Cuando llega el invierno la hormiga está rolliza en su
casa calentada.
La cigarra temblorosa de frio, organiza una rueda de
prensa preguntando por qué razón la hormiga tenga el derecho de estar al calor
y rolliza mientras los demás, menos afortunados que ella, tienen frio y hambre.
La tele organiza transmisiones en directo que mostran la
cigarra temblorosa de frio mientras pasan trozos de pelicula que hacen ver la
hormiga comodóna en el calor de su casa delante de una mesa puesta con
abundancia.
Los mexicanos (¿?¡!) estan asombrados que, en un país así rico, se
deje sufrir a una pobre cigarra mientras unos viven en la abundancia.
Las asociaciones humanitarias se manifiestan delante de
la casa de la hormiga.
Los periodistas organizan entrevistas preguntando porque
la hormiga se hizo rica a espaldas de la cigarra y piden al gobierno que suba
los impuestos a la rica hormiga de manera que esta pague “su cuota correcta”.
Como respuesta a los sondeos, el gobierno promulga una
primera ley sobre la igualdad económica y otra (retroactiva al verano) de anti-discriminación.
Le suben la tasación de la hormiga y también le ponen multa
por no haber contratado la cigarra como ayudante.
La vivienda de la hormiga viene requisada por la
autoridad judicial pues la hormiga no tiene dinero para pagar multa y
impuestos.
La hormiga se va de México para establecerse con gusto en
Suiza.
La tele transmite un reportaje sobre la cigarra, ahora
restablecida y engordada. Está
acabando con las provisiones de la hormiga y la primavera todavía está lejana.
La vieja casa de la hormiga, cambiada en albergue social (gratuita)
para la cigarra, viene desgastandose por falta de mantenimiento, nunca hecho
por la cigarra.
Se arman reproches al gobierno por falta de ayuda. Viene
establecida una comisión de investigación que tiene sus gastos cuantificados en
100 millones de pesos.
La cigarra se muere por sobredosis: La Jornada y el
Proceso critican la incapacidad del gobierno de solucionar de manera seria el
problema de las desigualdades sociales.
La vivienda viene ocupada por una gang de arañas suramericanas:
el gobierno se felicita por la diversidad multicultural de México.
Las arañas organizan narcotráfico y ahora están aterrorizando la comunidad.
Desde lejos siempre leyendo sus artículos de donde siempre se aprende o reflexiona algo nuevo. Es un verdadero placer toparme de vez en cuando la notificación en mi e-Mail sobre uno de sus nuevos artículos Sr. Roberto! Un Abrazo muy grande! Esperando verlos muy pronto :)
ResponderBorrarDaniela Maa