Caponata de berenjenas
Caponata quiere decir Sicilia; quiere decir
agridulce, algo semejante al carácter de la gente de allí.
Que no parezca raro que el agridulce sea un
gusto de la Sicilia: viene de la antigua Persa, y después, por la conquista musulmána
llego a Sicilia y a Espana.
Tenía también un sentido religioso: los
textos antiguos hablan del principio de la contraposición y de los cánones de
la armonía aplicados a la cocina. De aqui salió el compuesto del equilibrio
perfecto entre el dulce de la miel y el agrio del vinagre.
Cuando llegó a Sicilia, en aquel tiempo
bajo los Arabes, terminó como salsa popular, sabrosa para ensaladas y también
para todo que insípido y mal surtido se lograba poner en la mesa.
Pero si de aquí tomó el nombre –esta salsa se
encontraba sobretodo en las tabernas (cauponas
en latin) de los puertos para la chusma de los barcos que allí llegaban
y que la comían ensaborecendo galletas- en Sicilia pronto empezó a mezclarse
con las verduras más tipicas y olorosas del lugar.
Y de los primeros anos del ‘800, la berenjena
dictó leyes en la antiguisima “caponata” que desde entonces fue dicha “caponata”
de berenjenas.
Pero no hay solo berenjenas, porque el sabor
le viene de una mezcla de verduras, de flores y de frutos. Sí, porque los otros
ingredientes imprescindibles de la “caponata” son las alcaparras (flores) y las
aceitunas verdes (frutos).
Hay que consumir unas palabras para las
alcaparras que son propios las flores, todavia en capullo, de un arbusto
difundido en toda la cuenca del Mediterráneo, en las islas del sur como
Lampedusa y Pantelleria de donde sale la calidad más requerida. Les gusta, como
para todos los sabores fuertes, el clima seco y mucho, mucho sol.
Las berenjenas, el tipo casi negro y turgido,
se cortan en dados y se dejan por unas horas en un colador espolvoreadas de
sal, para que suelten el amargor.
Luego se frien en aceite e.v. de oliva y se ponen de un lado.
Para completar la receta le falta el apio,
deberia ser el tipo blanco, que antes de cocerlo en el sarten junto a la
cebolla ya dorada en el aceite, siempre e.v. de oliva, tiene que ser sancochado
en agua y sal. Y la salsa de tomate.
A la fin se le junta las berenjenas fritas, las
alcaparras y las aceitunas verdes picadas; ahora, azucar desuelto en vinagre de
vino tinto en la cantidad que mas les guste dandose cuenta que el platillo
tiene que ser agridulce.
Yo le junto, según un vieja receta de mi mamá, pasas y piñones.
La caponata, despues de unas horas o mejor el día siguente, se come como entremés.
Hojas de albahacas le dan perfume y mejor vista.
Provecho!
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