Bélgica estado de la Unión Europea
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En Italia hablaron muy poco de
los acontecimientos; en Europa, dejando afuera el país interesado, igual; en
EE.UU. de veras no sé pero creo que casi nada; en Mexico o en Honduras -por
decir de un pais en el cual me encontré por un tiempo- nada de nada.
Esta es la noticia
encubierta, como apareció en el mayor periodico de Italia (en las ultimas
paginas):
“Se acaba, después de 540 días, la crisis política record de duración que
ha aplastado (¿?) el Reino de Bélgica. El País ahora tiene un nuevo
gobierno. El socialista de habla francés, Elio Di Rupo, prestó juramento en las
manos del rey Alberto II. En el nuevo equipo a la cabeza del País, ademas de Di
Rupo, hay doce ministros mas seis de relaciones exteriores. El 6 de
diciembre del 2011”.
En los días siguentes, lo unico
que venía reportado en los periodicos era que el señor Di Rupo era el segundo
mandatario declaradamente gay (¿en Europa o en el mundo?), después del islandés
Sigurdardottir.
Me pareció una análisis muy profunda sobre este acontecimiento económico-politico.
Me pareció una análisis muy profunda sobre este acontecimiento económico-politico.
Luego Bélgica regresó en la
nieblas del olvido y de la indiferencia.
540 días. 18 meses. 1 año y
medio.
Lo que pasó fue demasiado
importante, demasiado traumático, para que los medios de comunicación, prensa,
televisiones, intelectuales de la seudo-cultura regimentada, lo destacaran a
carta cabal y dieran concreta e imparcial información.
540 días. 18 meses. 1 año y medio. Sin gobierno.
El verdadero mensaje de lo que pasó en Bélgica, el mensaje encubierto que no se quiso dar, es que se despedazó el mito que los estados nos han inculcado en los ultimos setenta años.
Nos dimos cuenta que:
Los gobiernos nacionales no tienen alguna utilidad sino la de enriquecer
siempre las mismas, pocas personas; la ausencia de gobierno, parlamento no es
señal de caos, de inestabilidad economico-financiera y fin de la civilización;
los paises civiles siguen funcionando igual también sin representación
democráticamente elegida.
Entonces un país que no tiene comicios y no tiene un gobierno elegido por la
mayoría sigue siendo un país civil.
¿Y luego, le interesa realmente a
los gobernados, a los ciudadanos, un gobierno?
¿O le interesa sólo a los gobernantes, a los politicos luchando por el postre?
¿Que son así hábiles y astutos que logran hacernos creer que los comicios son una elección básica para nosostros, ciudadanos y súbditos?
¿O le interesa sólo a los gobernantes, a los politicos luchando por el postre?
¿Que son así hábiles y astutos que logran hacernos creer que los comicios son una elección básica para nosostros, ciudadanos y súbditos?
No faltó el pan ni la verdura en
los mercados; los muchachos siguieron yendo a la escuelay las clases a la
Universidad eran abarrotadas como siempre. Los trenes llegaban a la hora y los
accidentes de caretera no sufrieron algun crecimiento dramatico. Los policías en
la calle hacían igualmente su trabajo como los jueces en las cortes.
Todo seguía igual que antes, si
propio no queremos decir mejor. Por ejemplo el Pil en este año subió al 2,4%
mientras toda Europa estaba alrededor del 1%.
Claro, los ministerios, los
parlamentos existían como antes, pero sin hacer nada, faltando el poder
ejecutivo del gobierno. En esta manera salía aún más evidente, por los que
todavía no lo hubieran entendido, la inutilidad de su presencia que subsistía,
parasitaria, exigiendo suntuosos sueldos, aguinaldos, privilegios.
Los ciudadanos, las comunidades,
las asociaciones espontáneas (y no pagadas con la imposición fiscal que nos
esta ahogando) regresó a su primero plan ocupando lugares, presencias y vida:
como le compite.
Una vida sin ensordecedoras
ruedas de prensa, sin mitínes, sin agresivas presencias televisivas, sin
cortejos de carros gubernativos, sin escoltas armadas: todo tranquilo, todo
normal.
Un sueño, una prueba de como
podría ser el mundo y nuestra vida.
Una utopía hecha realidad.
En verdad la importancia del
gobierno está en lo que no hace, por lo que puede cancelar de su antecedente
actuación, eliminando paulatinamente lo que de leyes, reglamentaciones,
imposiciones, coerciones el estado a traves sus gobiernos nos ha impuesto.
Thomas Jefferson afirmó que “el mejor gobierno es
lo que menos gobierna”. Y después, Henry David Thoreau, en Desobediencia
civil ensayo del 1849, convino que “el mejor gobierno en absoluto es lo que
no gobierna para nada” Después de ellos, pensadores coherentes compitieron para
probar este teorema, que ahora Bélgica parece confirmar.
Ahora que el acontecimiento, la
“anomalía” se cerró, sin que nadie se preguntara como hubiera hecho posible “540
días. 18 meses. 1 año y medio sin gobierno”, todos los poderosos duermen
sueños más tranquilos: pueden seguir imperturbables su existencia parasitaria.
La salvaron bonita!
¿Por qué, si nosotros nos diéramos
cuenta, aquí y allá del mar?
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